I. Introducción
Es frecuente leer en los medios de comunicación la referencia al denominado conflicto asimétrico como tipo de conflicto conveniente para el correcto desenvolvimiento de nuestras Fuerzas Armadas. De hecho, se utiliza como ejemplo de ello el uso del terrorismo en Irak o el combate en suelo libanés.
Esta extrapolación superficial de otras realidades puede llevar a error a la opinión publica en momentos en que la imagen de las FFAA esta en franca recuperación por el proceso de reforma y divulgación de sus funciones, presentes y futuras, que el Ministerio de Defensa lleva a cabo, fundamentalmente, mediante conferencias dirigidas a civiles en Universidades locales. En ese orden de ideas, el presente artículo pretende dar luces sobre la historia y el uso de formas de lucha asimétricas legítimas (no terroristas) en los conflictos modernos.
II. Concepto
El conflicto se define como un proceso que adquiere una dinámica propia y cambiante interrelacionando estructuras y comportamientos estatales, no solo militares sino políticos, diplomáticos, económicos entre otros. Y estos conflictos pueden ser “simétricos” (la relación de poder es similar) o “asimétricos” (la relación de poder es desigual).
Así, podemos definir conflicto asimétrico como aquel “conflicto armado en gran escala donde la relación entre las partes implica una considerable diferencia de los poderes militares enfrentados”.[2]
De hecho, existen otras definiciones del termino conflicto asimétrico siendo la mencionada una totalmente valida aunque restringida al ámbito militar.III. Ejemplos históricosUn ejemplo de larga data se refiere a la estrategia del general romano Fabio Máximo en contra de Aníbal. Luego de sucesivas victorias, Aníbal logró el dominio total del norte de Italia en tanto Fabio Máximo evadía la posibilidad de una batalla para ganar tiempo a efectos de disminuir la resistencia de Aníbal por la escasez de recursos (logística) y solo asestaba golpes a los flancos del ejército de Cartago. Ello dio tiempo a la reorganización del Ejercito Romano y debilitó la cohesión interna del ejercito de Aníbal.
Otro ejemplo algo más reciente lo constituye el enfrentamiento entre George Washington y el Ejercito Británico. Las fuerzas independentistas eran sensiblemente inferiores y Washington adoptó una estrategia de evasión de grandes batallas, limitándose a una estrategia de desgaste contra las fuerzas enemigas, asestando golpes contra puestos de avanzada y destacamentos remotos y atacando flancos y líneas de comunicación. El objetivo político era provocar que la oposición política en Londres forzara el retiro del ejército británico por lo extenso en tiempo del conflicto. En otras palabras debilitar la cohesión interna del enemigo.
Otro ejemplo lo constituye Andrés Avelino Cáceres y su campaña de la Breña durante la Guerra con Chile. En este ejemplo nacional se logró infringir derrotas a un enemigo que superaba militarmente al ejército de Cáceres. Como anota el especialista en Defensa e Inteligencia Alberto Bolívar[3] “Cáceres y sus unidades asimétricas se las arreglaron como pudieron utilizando herramientas no convencionales: hondas, rejones (variedad de lanza o pica) y las denominadas galgas (rocas utilizadas para provocar derrumbes en pasos y desfiladeros)”.
Desgraciadamente, la división política imperante en aquella etapa de nuestra historia impidió que las victorias de Cáceres alcanzaran una dimensión estratégica. En cuanto a la Guerra Naval, las victorias del Almirante Miguel Grau al mando del Huascar debilitaron la cohesión interna del enemigo al punto de promover protestas y provocar cambios políticos en la conducción de la guerra en el bando sureño.
Ejemplos más recientes lo constituyen la Guerra de Vietnam, la Guerra Rusa- Afgana y el enfrentamiento en Chechenia. En cuanto al primero fue notorio el éxito de Ho Chi-Minh y sus estrategas en debilitar la cohesión interna del enemigo. Tanto en bajas como en tiempo la opinión pública norteamericana cuestionó la eficacia de sus Fuerzas Armadas al punto de provocar el retiro del Ejercito Norteamericano. Si bien los norteamericanos lanzaron más de siete millones de toneladas de bombas la voluntad del pueblo vietnamita se mantuvo mientras la voluntad de los EEUU entró en crisis.
Durante el conflicto ruso-afgano la entonces URSS invadió Afganistán empleando las mismas tácticas que las usadas en Checoslovaquia en 1968. Semestralmente lanzaban grandes ofensivas convencionales con despliegue blindado más apropiado para un conflicto en Europa central que en un lugar accidentado como Afganistán. En tanto, la guerrilla afgana, con sistemas portátiles antiaéreos y antitanque, organizadas en pequeñas patrullas, refugiándose en las montañas, con la información brindada por los civiles residentes en la zona, obtuvo la victoria sobre una autentica maquinaria de guerra convencional de mediana y alta intensidad.
Finalmente tenemos el ejemplo de la resistencia efectuada en Grozny, Chechenia. Las fuerzas chechenias evitaron el combate con los rusos en campo abierto y diseñaron escenarios urbanos armados con abundantes medios antitanque (fundamentalmente RPG-7). Así, por citar solo un episodio, el ejército ruso perdió 102 de los 120 vehículos blindados enviados a un barrio de Grozny en un solo día, falleciendo la mayoría de sus oficiales. Los chechenios aislaban a los rusos en grupos pequeños que podían ser emboscados o destruidos.
Estas experiencias de conflicto asimétrico muestran algunas características comunes que podrían ser tomadas en cuenta tales como:
- El conflicto asimétrico requiere de un tiempo prolongado para surtir efectos en la opinión pública nacional o internacional en contra del ejército o parte más fuerte, en términos militares.
- El ejército o parte débil gana si no pierde. El ejercito o parte fuerte pierde si no gana.
- Existe un mayor número de bajas en el ejército o parte débil requiriéndose alta moral de los combatientes.- La voluntad y unidad del pueblo con las Fuerzas Armadas constituye la esencia del conflicto asimétrico.En los casos de la victoria contra Cartago por el Ejercito Romano y en Vietnam la unidad de criterios políticos, diplomáticos y militares fue esencial al asumir los costos en bajas y tiempo propios de un conflicto asimétrico, es decir los diplomáticos y políticos vietnamitas actuaron en consonancia con el tipo de conflicto y dilataron el proceso del conflicto y las negociaciones al máximo posible.
En los casos mencionados en el párrafo anterior el conflicto se verificó entre Ejércitos constituidos en tanto que en los demás casos fueron movimientos independentistas o de otra naturaleza.
IV. El Terrorismo no es Conflicto Asimétrico
Debe tenerse en cuenta que es necesario un deslinde total con la comisión de actos terroristas. El terrorismo es un instrumento ilegitimo de lucha y su aplicación por algún grupo lo margina de la aplicación del derecho de los Conflictos Armados y de los Convenios de Ginebra de 1949[4]. En ese sentido, los Estados no deben recurrir al terrorismo de ninguna manera pues se harían acreedores a la justa condena internacional debiendo respetarse las leyes de la guerra de manera permanente. Ese comportamiento diferencia a un Estado soberano y a sus Fuerzas Armadas de una banda de criminales como fueron los movimientos terroristas de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru.
V. Posibilidad de adoptar el esquema asimétrico para las FFAA
Se ha iniciado un debate al respecto desde al año 2005 siendo su primer antecedente el señalado articulo del especialista Alberto Bolívar. Puede decirse que se ha acogido con desmesurado entusiasmo esta posibilidad o con extrema frialdad en otros sectores. A efectos de no caer en posiciones extremas, es menester analizar las características de los usuarios del conflicto asimétrico en la historia y procederemos a ello.
En primer lugar debe notarse que en los casos señalados los usuarios eran movimientos independentistas o ejércitos regulares que habían sufrido derrotas. Desde esta aproximación nos encontramos con una imposibilidad conceptual pues las FFAA en la actualidad no poseen ninguna de las características mencionadas. Sin embargo, también nos encontramos con el hecho que los usuarios no se encontraban en igualdad de condiciones frente a sus oponentes es decir existía un evidente desequilibrio militar. Y esta situación es verificable para nuestras FFAA actualmente en evidente desequilibrio respecto de algunas de la región del Pacifico Sur. Y es esta circunstancia la que hace aplicable a nuestras FFAA la posibilidad de asumir, parcialmente, diversos y variados procedimientos asimétricos en su forma de actuar. Esa es la verdadera posibilidad a estudiarse y debería ser consigna en las FFAA. Debemos aprovechar las experiencias de Cáceres, de la Guerra del Cenepa, de la persecución estatal contra la delincuencia terrorista y sobre todo de la capacidad de nuestros soldados para el combate, demostrada ampliamente. Debemos aprovechar para estos efectos también los conocimientos y aptitudes de los ciudadanos pues el elemento civil es imprescindible en la tarea de adaptarnos a procedimientos asimétricos. Estamos seguros que el presente escrito avivará el interés por el tema en distintos foros (no solo el militar) y sobre todo acercará aun más al civil y al militar en su primera obligación común: la defensa de la Patria.
[2] Definición publicada en el Air & Space Power (Journal en español) del segundo trimestre del 2006, Pág. 60, “Redefiniendo Asimetrías….” Del Mayor José Palermo.
[3] Alberto Bolívar, Diario La Primera, Guerra Asimétrica en la Breña, lunes 12 de setiembre del 2005, pagina 6 Sección Política.
[4] Así, los actos terroristas de SL y MRTA en el Perú no constituyeron manifestaciones de un conflicto armado interno, violencia política, guerra interna o concepto similar.
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