8/05/2008

Hacia una revolución del Sistema de Inteligencia Nacional


1. Introducción

Es frecuente leer en los medios de comunicación referencias a la incapacidad del Sistema de Inteligencia Nacional. Es además común que los medios de comunicación recojan, con excepciones, declaraciones en contra del sistema de Inteligencia Nacional o declaraciones que reclaman el uso de esta herramienta estatal para “evitar los robos de autos o frenar la delincuencia común” siendo estas funciones que no le competen.


Y se olvida que el sistema de Inteligencia Nacional (en adelante el “Sistema”) fue botín de una reducidisima mafia[1] en el segundo lustro de la década del 90 dedicándose al soborno político, chantaje político y otros delitos que mellaron su imagen a los ojos de la ciudadanía de manera permanente.




Y esta impresión ciudadana continua hasta nuestros días maximizada por la denuncia de “errores” de Inteligencia que originan toma de carreteras, alteración del orden publico entre otras manifestaciones.

Sin embargo, es necesario recalcar que muchas criticas al funcionamiento del Sistema son injustas toda vez que existe en el Estado Peruano una tendencia definida a la perdida de autoridad frente a la delincuencia ( hace horas se suspendió un evento deportivo por “informes de inteligencia”[2] que anticipaban una venganza entre pandillas rivales”). Este comportamiento estatal no es responsabilidad del sistema pero igual este termina siendo afectado por la percepción ciudadana.


De hecho, no es propósito de este artículo hacer un apologético por la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) o por el sistema. Este es justo acreedor de la desconfianza ciudadana y de su posterior condena por ineficiente. Pero es menester mantener una actitud llena de cordura frente a los excesos en la atribución de responsabilidades.

El presente ensayo se referirá específicamente a la actividad de “Inteligencia Estratégica” y en menor medida a la Inteligencia Operativa dejando expresa constancia que ambas constituyen una herramienta estatal con importancia de primer orden.

2. La Inteligencia y el Análisis

Parte indispensable y principal del circuito de la Inteligencia es el Análisis. Y es fundamental mantener en el sistema un equipo de analistas de primer nivel que se encargue de esta labor. La Doctrina sugiere que los analistas deben de ser profesionales logrados (con años de experiencia en sus respectivas profesiones en el ámbito privado), con experiencia docente, estudios en el extranjero en materias relacionadas y con un suficiente nivel de roce social y profesional que le permita establecer redes sociales y profesionales de primer orden tanto en cantidad como en calidad. Además se sugiere que sean profesionales con el menor apego a alguna ideología política (no es analista un entusiasta del liberalismo a ultranza o un recitador de autores o clichés políticos de izquierda) pues el apego ideológico origina sesgos en el análisis y hace olvidar al analista que esta defendiendo los intereses del Estado Peruano; no de un gobierno, no de un partido político.




Y en ese sentido es preocupante lo expresado por el Vicepresidente de la Republica Almirante Luís Giampietri[3] en el sentido que la actual administración de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) tenia por idea “contratar gente joven y prepararla[4]”. Debe tenerse en cuenta que preparar a un analista de Inteligencia sin experiencia toma por lo menos 7 años (careciendo de las calidades mencionadas en párrafos precedentes) no teniendo explicación alguna el despido de 130 analistas y agentes de Inteligencia el año 2006. A mayor abundamiento, este grupo de 130 Analistas y agentes despedidos había rendido pruebas sicológicas y de conocimiento recomendadas por la Universidad de Harvard[5]. Por simple aritmética tal parece que la idea de los responsables de la contratación de personal de la DINI es tener un staff de analistas competentes recién el año 2013. Ese es un plazo que el Estado Peruano no puede ni debe darse y semeja más a un experimento sociológico que a una eficaz política de contratación[6].



Con estos antecedentes parecen explicables los dislates en Inteligencia Estratégica que adolece el Estado Peruano en todos sus estamentos. Y ello se refuerza aun más cuando miembros del Gobierno o de las FFAA[7] denuncian no recibir análisis de Inteligencia adecuados y certeros.

Sin embargo, lo anteriormente expresado puede ser rectificado en un mediano plazo sometiendo a la DINI a una reorganización racional y profunda (no a las cacerías de brujas ni al cambio de su actual Director Ejecutivo[8]) en cuanto a su staff de analistas. De ello depende que la Inteligencia Estratégica peruana observe un avance cualitativo al siglo XXI o se mantenga con patrones o conductas propias de un Sistema militarizado[9] y congelado en la Guerra Fría.

3. La Inteligencia y la Recolección de Información

Con el advenimiento del Internet la captación o recolección de información ha experimentado una revolución tan importante que se podría comparar a la invención de la imprenta. Prácticamente todos los medios de comunicación tienen presencia en Internet y es indudable que el problema actual no es la ausencia de información sino la abundancia de esta y su adecuada FILTRACION a efectos que sea útil al analista de Inteligencia. No comulgamos con aquellas voces que desechan o menosprecian el uso del INTERNET (por razones generacionales o porque no saben usarlo) pero actualmente el 90% o mas de la información se recolecta por esta herramienta moderna. Y aquí es necesario destacar la importancia del criterio del Analista y del Procesador, binomio indisoluble, para efectuar una adecuada filtración.


Como Analista de Inteligencia Estatal (2003-2005) tuve la oportunidad de trabajar con excelentes procesadores y procesadoras (es digno de destacar la agudeza intelectual femenina) de información y soy testigo de la importancia decisiva y de una virtud común a todos ellos: el Criterio. Y nuevamente recalco las características de todo Analista de Inteligencia verdadero: trabajo previo en el sector privado, objetividad, experiencia docente, dominio del idioma Ingles en un nivel aceptable, desideologizados, roce social y profesional (exigencias aplicables por entero a los procesadores).

En conclusión el problema moderno no es la ausencia de información sino su abundancia y su posterior filtro.

4. ¿Existe realmente un Sistema de Inteligencia?

Párrafos arriba sostuve que este ensayo no pretende ser un apologético a favor de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) aunque parezca una aproximación a ello. De hecho, me reafirmo. Sin embargo, es importante destacar que los errores de la DINI no son siempre imputables a esta institución sino que muchos de estos errores se originan en la inexistencia real de un sistema donde la DINI ocupa la cúspide y los demás elementos del Sistema no colaboran con ella. Y esta colaboración es imprescindible si deseamos contar con un sistema autentico y no el aquelarre que tenemos actualmente. Es obligación de los demás elementos del Sistema colaborar con la DINI y es obligación de esta exigir a los demás miembros el cumplimiento de sus requerimientos. Y al parecer eso no esta sucediendo. La continuidad de esta nefasta característica incidirá aun más en la tardía y lejana recuperación de la confianza ciudadana con el riesgo que esta recuperación se torne imposible.


5. Recomendaciones para una salida de la crisis del Sistema

A continuación mencionare algunas recomendaciones de urgencia a efectos de hacer de este ensayo algo útil y alejarme de aquellos entendidos que exponen una problemática y al momento de ser consultados responden con un no sé o exhiben vaguedades. Es fácil criticar pero es difícil recomendar así que me permito dictar estas sugerencias para su pública discusión

Recomendación 1:

Mantener al Director Ejecutivo actual de la Institución en la medida que modifique su plana mayor de manera amplia (los errores generan asunción de responsabilidades y los culpables deben ser separados) e incremente el contacto profesional con expertos independientes en la materia a efectos de una reestructuración de la DINI. Para ello también se requiere contar con las autoridades y funcionarios del anterior Concejo Nacional de Inteligencia (CNI), muchas de ellas personas de indudable capacidad profesional. Hacer caso omiso a estas ideas implicaría un desgaste en la conducción de la DINI, siendo en este caso, imperativa una renovación total de su alta dirección.

Recomendación 2:

Descentralizar la labor de Análisis enviando analistas a las capitales departamentales donde es posible encontrar condiciones para conflictos sociales (en la actualidad casi todo el país). Ello redundaría en la posibilidad que el analista de Inteligencia tenga acceso directo a periódicos regionales, estaciones de radio provinciales en tiempo real entre otras ventajas y sus análisis pueden ser reportados a la central vía Internet.

Recomendación 3:

Reorganizar ampliamente la Dirección de Inteligencia Estratégica fundamentalmente en lo referido a los Analistas y la adecuación de estos a los parámetros mencionados en el presente artículo. Esta reconversión de analistas es la única opción si se desea contar con un staff de analistas profesionales que elaboren análisis proyectivos de mediano y largo plazo.

Recomendación 4:

Modificación de las funciones de la Dirección de Contrainteligencia (DICI) que en adelante se centraran en el cuidado de la propia institución en cuanto al personal se requiera. Es sabido que al ingresar a laborar a una agencia de Inteligencia se deja de lado una porción de la privacidad por una mayor protección de la persona y su entorno.

Recomendación 5:

Creación de una Dirección específica que analice el Terrorismo Global o Internacional. Este es un tema de excepcional importancia en la actualidad y lo será por décadas permitiéndonos anticipar posibles efectos en el Perú de su presencia estable o eventual.

Recomendación 6:

Es necesario un apoyo político de alto nivel a afectos que el sistema funcione como tal. Como ejemplo tenemos el apoyo político que extendió el Presidente George Bush al Sistema de Inteligencia americano luego de los bárbaros atentados del 11 de Septiembre del 2001. Este apoyo fue a la vez una orden presidencial que decía: ¡funcionen como un sistema! Ese es el reto del Sistema de Inteligencia Nacional.



[1] Es necesario precisar que en el SIN trabajaron profesionales de innegable honradez y capacidad. Es injusto sostener que todos pervirtieron los fines de la Inteligencia. Sin embargo, existen los “reciclados” que inclusive laboran en el Sistema actualmente.
[2] Es el caso del clásico U-Alianza de fecha 29 de Junio del 2006. Diario Correo 28-06-2008 pagina 20.
[3] Un hombre de Inteligencia en todo el sentido del término.
[4] El Comercio, Sábado 12 de Abril del 2008, Política, A11.
[5] El Comercio, Sábado 12 de Abril del 2008, Política, A11.
[6] Debe tenerse en cuenta que los fondos públicos pertenecen a los contribuyentes y deben ser eficazmente gastados y no derrochados. Los experimentos se hacen con fondos privados.
[7] Donayre cuestiona labor de órganos de Inteligencia. Diario Correo 3 de Abril del 2008. Pág. 2.
[8] No se puede permitir que suceda lo acontecido en el periodo 2001-2005 con 7 Jefes del CNI.
[9] Esta expresión no debe tomarse como un rechazo al elemento militar en la composición de la DINI, de hecho imprescindible en todas sus áreas. Se refiere a la conducción administrativa donde muchas veces el promocionaje o las jerarquías se mantienen entre elementos retirados y en una organización CIVIL.

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